Misionera

664 palabras

por Marcela Sinclair

Para mí, la palabra está ganando demasiado terreno entre las Prácticas Artísticas Contemporáneas, y esto equivale a un paso en la ruta de la disolución del Arte en la Filosofía, triunfo de los militantes del Idealismo. El arte conceptual puede leerse bajo esa óptica. Y las sucesivas obstinadas exaltaciones de la ingenuidad pictórica también, aunque por la contraria. Una, como la opción integrada al derrotero inevitable hacia el mundo de las ideas, y, la otra, como una reacción (quizás algo pesimista).
Pienso que el texto impreso es mucho menos propio de les artistes que la charla de inauguración. Ágil y breve, sin carné habilitante más que el ofrecido por el interlocutor, donada al malentendido. Quizás sea una clave para hacer arte: no pretender entender demasiado. Que sean otros quienes ensayen explicaciones, discursos con sentido. Nosotros sigamos haciendo obras, y conversando del modo en que lo hacemos, copas mediante.
Les artistes estamos escribiendo, primero y principal, para conseguir espacios o dinero para la obra. Hay que convencer a personas que no entienden del todo de qué va la cosa. Frente a semejante estado del arte, mejor escribir relatos, apotegmas, novelas, guiones o tweets; dictar una conferencia, recitar poesía, participar de un debate, hacer un fanzine, o pintar pancartas para una manifestación; que embarcarse a hacer una obra de una materia distinta que la lengua. 
Definir las obras como dispositivos conceptuales, activadores de conciencia, formadores de subjetividades, y otras abstracciones independizadas del barro, la brillantina, la estética y el gusto, es una muestra más del dominio de la palabra razonada, que empuja al arte hacia su terreno, donde se hace fuerte. Desde allí, explica.
La palabra se disfraza de ser el material más económico, al alcance, democrático. Como facebook.
No hay afuera de la industria para producir imágenes poderosas. Aún las imágenes que toma con su teléfono móvil un no artista, se hacen planetarias a través de alguna red social. Decimos “alguna red social” como un acto político, de voluntad. Primero vino la marca, la expresión red social es posterior, y es un gesto débil.
Para mí que los múltiples gestos débiles, desorganizados, dispersos, actúan como reguladores de presión, microperforaciones que hacen del guante de este universo una membrana más elástica, mejor adaptada para adherirse al centro gravitatorio de la época. El gesto artístico, en cambio, desde el romanticismo a esta parte, es por definición inadaptado, y agranda las grietas que se le abren a toda lógica epocal.
En vez de pensar en Les Curadores como una banda mala que tira al rock para atrás, desarmar el mote. La curaduría excede la función disciplinaria y logocéntrica. Incluye operaciones afines al sampleo, al collage, o a la práctica instalativa. Les artistes que curan muestras, propias o ajenas, de pintores muertos o adolescentes poetas, activan una parte de ese nombre que no es necesariamente reproductora de un estado de cosas dado.
La gente que se burla de cosas, mirándolas irónicamente, en realidad, gusta de esas cosas. Con lo mersa es con lo que resulta más evidente. La ironía opera como inteligencia protectora contra eso ridículo que da vértigo. Una defensa algo pacata, avergonzada de su deseo. ¿Cómo te va a gustar eso?
En este momento, el grupo que hace la revolución más importante es el de las mujeres. Los jóvenes, de quienes siempre se espera tanto, son el blanco principal de todas las políticas, publicidades y propagandas. Debe haber un agente, político y poético, todavía desmarcado, que espera su circunstancia. Para mí que van a ser les mayores, los nuevos revolucionarios del arte. Cada día son más y están mejor. Y nadie sabe qué hacer con elles.
Puedo decir con convicción casi todo en una charla. Escribiendo, al contrario, me es casi imposible decir nada. No termino de creer en ninguna de mis ideas, y, una vez escritas, me resultan ajenas. En cambio, conversando, está claro para mí que todo, en un punto, es ficción. Como al hacer arte, cuando puedo afirmar cualquier cosa absurda, injustificada, caprichosa.