Misionera

STD

por Aniela Condori y Santiago Nerone

Basado en “Seguimos Teniendo Dedos”, muestra de Misionera en UV.
 


Lil Lilen en la cima de los alpes suizos, sosteniendo una lupa.
Observa en dirección a Buenos Aires. Levanta su brazo.
Lil Lilen destruye UV. Derrite toda esperanza. La gente queda huérfana de UV, libre. Sanxs de UV.

Qué calor este Junio! Se despierta Melisa de su meditación-fuera-del-tiempo-y-las-eras: en su frente espejada cobra vida una pintura dentro de los cánones de lo establecido, colorida, cargada y tatuada como un ancla, dice se me ocurrió en un muy adolescente sueño y ahora está aquí, Melisa escupe fuego en rojo vivo a un grupo de mariposas cuando le hacen estornudar. Ella estaba feliz, tomando un baño eterno dentro de una fuente que fabrica electricidad rosa directo de su propio chakra-trikini; con su baba barniz en puro enojo trascendental condensa un nanosegundo -una gota de sudor nace a un centímetro por sobre su cabeza- encapsulándolo así en un bucle-paradoja temporal, de inmediato se gesta dentro la primera organisma 100% compuesta de materia espiritual. Muy apropósito y en 2 dimensiones! Una naranja que todo lo orina sabor naranja. Riquísimo. El jugo de su creación que es líquida risa segrega un particular vapor de ombligo en toda la población porteña, sumiéndonos en "la más absoluta bruma". "Rave-Matrix". Este es el fin, Lilen dice "sólo tomé esto que estaba acá y lo puse allá". Lilen se tatúa a si misma un bigote de luz solar, una de las señales del apocalipsis predicho para este yuga, o "era". Encarna la nostalgia, dejando fuera del cuerpo los desechos de energía sutil, las memorias que son tortura. Querer olvidar, querer olvidar, querer olvidar se vuelve una obsesión y luego esa obsesión se quita del cuerpo dejándola sobre alguien o algo más. Con una paciencia muy Lilen.
Según las escrituras, antes de comenzar la danza del fin de los tiempos, la danza sobre las cabezas de los demonios que sostienen nuestro mundo, Lil Lilen debería dar a luz 20 cachorros de caniche y cocinar asadas sus orejas, para llevarlas colgando en el pecho, en señal de protesta. Igual una protesta re coqueta. Mas esto no ocurre y hasta al yogi místico más sabio y renunciante se le hiela la sangre ante tal chiste del metadestino: Lilen compra chipa. A una señora en la bajadita nomás del alpe. Ni cocidos los quiere! Tiene algo en mente, algo que recordar. Luego los pone todos juntos en su boca, mastica y espera. Minutos después Lilen está abriéndose la panza, extrae el bolo de chipa perfecto, dorado como la luna y ardiente, jugoso, todo de veneno. Cubre su cara entera con él como si fuese una capucha, una gorra-visera de policía, kufia palestina. Nuevamente se sienta a esperar. Eones.
Nosotros tuvimos cría, nuestra familia de atletas amateurs y documentalistas se extiende por tres generaciones que no logran sobrevivir a la última gran helada. Japón destierra y vuelve a su planeta madre. Colonias humanas en el espacio oscuro de materia, se generan las primeras mutaciones evolutivas de poli-aura: en parásitos que crecen dentro de los cerebros humanos, y cuya energía sexual prolonga la mortandad de nuestra especie hasta los 300 años. El ser humano promedio mide 3 metros, puede ver en la oscuridad, levitar a voluntad y pasar años sin comer. Reinvención fallida de una Internet corpórea, no etérea. La obsesión por la información da paso nuevamente a la obsesión por la figura de la esfera, pero en este caso la esfera de cuatro dimensiones, que altera toda posibilidad de comprender o generar sentido. Todo lo que fue y será, está siendo. Lilen se quita su correa...

Y rompe mucho en llanto. Cecilia. Dónde estás. Eso dice, a los gritos. Trotando de un planeta a otro se siente a lo lejos como una estampida. Su perrita Closa llega a los saltos, saltos hiper-cósmicos. De plano en plano. A medida que se acerca reduce mimética su tamaño, oculta sus escamas y sus múltiples brazos. Lil Lilen la alimenta con aves reales. Supo empollarlas. Le canta en una frecuencia para el resto incomprensible, esa frecuencia azota los mares, agita cada órbita. Acaricia crines de musgo. El sol se nubla. Y no hablan, con qué lengua. Cecilia Closa que nunca tuvo un pensamiento impuro, dentro de lo sumergible. Te aterra, a Melisa la atrae, Melisa también llora y baña con sus lágrimas una y otra vez la tierra infértil, generándose así un anillo ascético, rodea a las 3 un sacrotubo-eléctrico-ascendente que no cesa su expansión. Entonces Closa-Houdini, sólo supervivencia, devoción y entrega dentro de su octaedro espejado, imaginario. Ni hablar quiere. Que su sombra no se contamine... Cecilia ata a su cuello el extremo de la soga que Lilen llevaba como correa, atraviesa apenas con la mano la lámina de mercurio donde se encierra, y vuelve a ofrecérsela. Para Lilen entonces está bien.

Cloßa fuera de la existencia.
Cloxa cartonera existencial.
Cecilia pariendo Closas.
Las 12 Closas del zodiaco.

Closa I. Aries.
Fino y *casi* geométrico, su vitalidad reside en su filo, que puede lastimar como sostener. Mejor ver antes que manipular.

Closa II. Tauro.
Torre de arroz que al apilarse sobre sí misma logra su fortuna. Envuelto entre lo industrial y lo casero viste su valor.

Closa III. Géminis.
De fácil traslado y aparente gran funcionalidad, sobre todo para sacar conversación con quien recién saludaste y no te acordás de dónde conoces. Primo hermano de un rallador y gran amigo de las épocas.

Closa IV. Cáncer.
Cuenta la historia que una familia de mapaches durmió en él, refugiose en él y comió los restos de frutas que encontró en él. Fueron desalojados.

Closa V. Leo.
Central y del color del sol. Se eleva. Se deja tocar solo por lo traslucido. Un gran cable de teléfono o una manguera de nafta, clavando las uñas en el podio de manera elegante.

Closa VI. Virgo.
Cosita brillante ¡Qué bien te ves! ¡Qué bien funcionas! No me atrevo a acariciarte porque A) me podrías lastimar, aunque tu correa dorada me hace pensar que B) serías una fantástica mascota.

Closa VII. Libra.
Compleja y armoniosa. Diplomática en su ciclo: flor, sopapa, bidón. Se ofrece para salir de garante de las demás closas. Si se conecta a un parlante cuidado con el volumen.

Closa VIII. Escorpio.
Extracción de un proceso de evolución. Lo caliente se congeló y quedó pegado a lo orgánico. Ahora se transformó y es un trofeo, con el que también se puede someter al amado. Cera y pelos que no llegan a tocarse.

Closa IX. Sagitario.
Haciendo equilibrio en el picaporte de una puerta hacia lo desconocido. Combina los colores de sus ideas, y hasta pareciera divertido intentar entender el por qué. Perfecto para ir de viaje.

Closa X. Capricornio.
Tres tablas austeras indican diferentes caminos a seguir. Las tres desembocan en un mismo meme.

Closa XI. Acuario.
Tan alto que me cuesta ver de qué estás hecho. 100% diversión. Edit 3 horas después: Arcoiris tecnológico hecho por un manco.

Closa XII. Piscis.
Sacrificio y fe & roll. En posición invertida y envuelto en una sabiduría que nadie más puede entender, hace crecer una planta artificial la cual si es regada emana burbujas y promete dar flor. (Spoiler alert: puede explotar).



Seguimos Teniendo Dedos de Misionera, Curaduría por Lolo & Lauti. UV Estudios, 2018.